diumenge, 26 de novembre del 2017




Dr. Francisco Imbernón.  Catedrático de Pedagogía de la Universidad de Barcelona.
Santander. Diario montañés 19/10/2017
http://www.eldiariomontanes.es/cantabria/moda-castigo-traumatizaba-20171019210749-ntvo.html
-Comienzo con el título de su ponencia ¿'Qué cosas decimos y hacemos los padres que deberíamos pensar antes de decir y hacer?
Es una provocación para reflexionar sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos.  Las palabras marcan el comportamiento, la personalidad y afectan a partes del cerebro. Hemos de tener cuidado qué decimos.
-¿Por dónde hay que empezar para aprender a ser buenos padres (premisas fundamentales)?
En primer lugar, los padres son un modelo para los niños y niñas. Lo que hagan los padres  lo harán los hijos e hijas. El ser humano aprende por imitación. Por ejemplo, algunos  padres dicen que los niños o ni ñas no les obedecen. Pero si uno analiza lo que hacen algunos padres ves que se ponen nerviosos y eso los niños o niñas lo notan. Si pierdes el control ellos también lo pierden. Si gritas ellos gritarán. Si te peleas con la pareja ellos aprenderán conductas agresivas.  Hemos de ser cautos. Estamos educando unos niños y niñas del futuro y lo que queremos es que sean buenos hijos e hijas de mayores. Cuando les hablamos se ha de utilizar un tono de vos pausado y sin gritar, si tu gritas ellos gritarán cada vez más.  Aunque ello no implica que hayas de darles órdenes y mirarlos a los ojos diciéndoles las cosas y  tratarlos con cariño pero con rigor y con seguridad. Como veremos en mi conferencia los mensajes negativos afectan a zonas cerebrales que provocan inseguridad, mal autoconcepto y efectos no deseados en su aprendizaje. Nunca se ha de perder el control y no etiquetarlos.  El cerebro de un niño o una niña son una esponja y todo queda introducido en ellos.
-¿Cuáles son los errores más frecuentes que se cometen pensando que se hace lo correcto?
Hay mucha literatura sobre el tema. Y muchos errores a evitar. Ello no significa que alguna vez se pierdan los nervios. Somos humanos. Pero lo importante es tener un cierto comportamiento como forma de conducta habitual.  Si tuviera que escoger los errores más frecuentes podría decir que en primer lugar no poner muchas expectativas en los niños y niñas. Son como son.   Evitar la disparidad entre los padres. Aspecto muy habitual entre las parejas.  Es mejor discutirlo en la cama sin ellos o ellas. Si el niño o la niña  reciben mensajes contradictorios se verá  sin referencias claras.  ¿Cuántas pequeñas peleas hay entre los padres delante de los niños o niñas por su forma de actuar? Se han de evitar.
Tampoco sobreproteger a los hijos e hijas. Hay padres que los cuidan demasiado. Los hace dependientes y tiranos. Los tenemos que proteger  pero no  sobreproteger.  La autonomía y la personalidad se van forjan desde pequeños y ello necesita cierta libertad y aprender a equivocarse.
Atención a lo que decimos. Los padres son adultos y han de evitar perder los nervios y decir frases negativas y menos  desprecio ni faltar al respeto a los hijos e hijas.  O puedes comportarte de forma arbitraria sino ecuánime y racional. Y por último, no se pueden hacer comparaciones con hermanos, primos, vecinos, compañeros… generan celos, envidias y dañan la personalidad, cada hijo o hija  es diferente. Cada  uno  requiere una educación distinta, un trato individualizado y que le dediquen un tiempo a solas, entre otras razones para poder conocerle y saber cómo hay que tratarle.
-¿El problema es que nos falta tiempo en familia (por el ritmo de vida que llevamos) o que no se sabe aprovechar?
Es una excusa. Se ha de buscar tiempo para los hijos. Ellos deben ser lo más importante en la vida de los padres.  La educación de los hijos será tu bienestar o malestar en el futuro. Se ha de dedicar tiempo, palabras, acompañamiento, llamadas de atención, crear normas, poner límites… Eso es que la infancia necesita y la felicidad de tus hijos o hijas será la felicidad de los padres.
-¿El castigo es un aliado necesario en la educación de los hijos?
Se ha acabado la época en que el castigo traumatiza. Eso fue una determinada corriente que se ha esfumado en el tiempo y que ha perjudicado a algunas generaciones. El castigo es posible siempre que sea moderado y llevarlo a la práctica. Por supuesto nunca físico.  Lo peor es castigar mal. Castigar de forma desproporcionada  o sin lógica, imponer castigos imposibles Nunca hacer promesas inalcanzables o que no se cumplen. Si los castigos no se aplican  se pierde autoridad y transmiten la idea de que sus normas pueden quebrantarse fácilmente.
-¿Se utiliza bien o es una asignatura por aprender?
Muchas veces mal.  Se dice un castigo y no se cumple.  Nunca se han de hace promesas, castigos o premios inalcanzables, que además de decepcionar acaban desincentivando. Y repito que se ha de superar  que no hay que castigar para no traumatizar. Eso ya pasó. Fue una moda que ha hecho niño y niñas muy mal educados y consentidos. Se ha de aprender que el castigo ha de ser justo y no arbitrario. Y que se pueda cumplir. Han de aprender que cuando no lo hace bien se sanciona. El problema no es el castigo es quién lo hace y cómo lo hace.
-¿Pecamos los padres de autoexigentes?
Más que autoexigentes de no poner  límites y como decía anteriormente sobreprotectores.  Muchos padres no saben qué hacer  e improvisan y cuando llega la adolescencia   se pierde el control de su conducta, se les quiere poner normas, y entonces ya es tarde. Poner límites es entrar en el conflicto pero eso no ha de dar miedo. El conflicto es positivo siempre que se trate de forma adecuada.
-¿En qué momento unos padres se tienen que dar cuenta de que solos no van a poder controlar la conducta de un hijo? ¿Cuáles son las señales que indican que se necesita apoyo profesional?
Si has sido muy permisivo  y has negociado todo lo padecerás cuando sean más mayores. Sobre todo en la adolescencia cuando se va formado el carácter y la identidad. Hay cosas que no se negocian, como el horario de estudio, el ir con cinturón en el coche o comportarse bien el supermercado, ahí ha de ser los padres  el que ejerza la autoridad. Si no puedes hacerlo es que tienes problemas y a lo mejor ya has llegado tarde. Para evitarlo, hemos de intentar transmitir a los hijos e hijas ilusiones, dilemas vitales y amplitud de miras. Y un poco de disciplina no aceptando todo lo que quieren hacer. Ellos o ellas te ponen a prueba.
-¿Hasta qué punto los hijos son reflejo de los padres? ¿Hay conductas derivadas de no haber sido un buen ejemplo para ellos? Puede poner algún ejemplo
Siempre. Se ha de vigilar los malos ejemplos. No podemos ser incongruentes entre lo que se hace y lo que se dice.  Los niños y niñas se dan cuenta que se es  incongruente cuando vas con ellos (insultan a conductores,  pasan la calle en rojo, no cumplir las normas, criticar a los demás,  etc.). Si eres incongruente con el comportamiento ellos van asumiendo un determinado  concepto moral y  además se deslegitima lo que se les dice.
-¿Ser padres puede llegar a ser fácil?
Nunca. Ser padres es difícil y más en los tiempos actuales. Pero ello no ha de impedir tener hijos sino que, como todo, se ha de ir aprendido a serlo. Educar a los hijos e hijas no es dejarse llevar por la intuición o igual a cuando tú fuiste niño o niña. Cada época tiene su momento y, hoy día, necesitamos saber ciertas cosas que serán fundamentales para que ellos lleguen a ser hombres y mujeres que te respeten y respeten a los demás. El futuro de la humanidad empieza en la educación de los hijos e hijas.
-¿Se tiende a centrar la atención en los problemas de la adolescencia, otro error?
Siempre hay problemas que hay que ir asumiendo. Pero es cierto que hay dos etapas fundamentales, la de antes de los seis años cuando se va creando las conexiones neuronales, y la adolescencia cuando se va forjando la personalidad, la identidad y aspectos esenciales de la conducta humana. Es como una planta si no has conseguido educarlos de pequeños costará entenderlos de adolescentes.  Será difícil en esta época pero no imposible. Si has dialogado con ellos y ellas, si han aprendido a que hay límites, si han entendido que el respeto es importante, si has negociado con ellos o ellas de forma tranquila… será una etapa difícil pero que les ayudará a madurar y pasada esta época será lo mejor que has tenido en tu vida..

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