diumenge, 26 de novembre del 2017



CONTRA LOS CRITERIOS DE LA ANECA SOBRE LA ACREDITACIÓN DOCENTE: HAY ALTERNATIVAS
Por un nuevo sistema de evaluación y acreditación del profesorado universitario comprensivo, razonable, global, equitativo, coherente y justo
Por otra Política Educativa. Foro de Sevilla (https://porotrapoliticaeducativa.org/)

Consideramos desproporcionadas e irracionales las nuevas condiciones de acreditación (proceso de evaluación externa del currículum) del profesorado universitario, que es solo un requisito previo al concurso público necesario para acceder a cualquier puesto estable en el Universidad.
En el contexto actual de recortes y de desinversión en Educación Superior e I+D, el repentino e injustificado cambio de los criterios de la ANECA (agencia externa que evalúa los méritos del profesorado universitario), hunde las perspectivas de estabilidad y de promoción de buena parte del profesorado universitario que, habiendo cumplido sobradamente con lo que se les exigía para pasar a ser estables, han visto frenada su posibilidad de estabilidad laboral por el estrangulamiento de la Universidad Pública. A la vez que consolida el control ideológico y político de marcado carácter mercantil, presionando todavía más a la comunidad académica en la loca carrera por publicar artículos en índices controlados por dos multinacionales. Y se convierte en un ERE encubierto que precariza aún más la Universidad Pública.
Lamentamos estos dos años perdidos, con el sistema de acreditación paralizado, que sólo han servido para que el Ministerio y la ANECA impongan los criterios ya publicados hace tiempo, incumpliendo el compromiso que ambos adquirieron de revisarlos para hacerlos más racionales, adaptados a la realidad, y similares en cuanto a exigencia a los anteriores.
Estos criterios son además generadores de desigualdad y frustración entre el profesorado universitario puesto que algunos de los méritos son prácticamente imposibles de alcanzar en algunas áreas, bloqueando así las aspiraciones legítimas de desarrollo en su trayectoria académica y de promoción de quienes están en el inicio de su carrera docente e investigadora.
En el sistema anterior, en Educación, en la práctica no hacía falta haber publicado en el Journal Citation Reports (JCR) para ser catedrático o catedrática. Ahora, se exigen al menos cuatro publicaciones en lo que se denomina “primer cuartil” (el nivel más restringido) del JCR. No solo se exige un exagerado número de publicaciones en éste índice de calidad investigadora controlado por el capital riesgo, sino también autorías preferentes (cuando los artículos suelen estar vinculados a proyectos y ser de autoría múltiple), lo cual es especialmente lesivo para el profesorado no permanente o contratado, pues no puede haber sido investigador principal en dos proyectos competitivos, requisito para cumplir esas condiciones. Convirtiendo la promoción en un círculo vicioso imposible: para dejar de tener un contrato precario, se exigen aportar méritos que solo se pueden conseguir con un contrato estable.
No estamos en contra de que haya más y mejor docencia e investigación en la Universidad y que se evalúe al profesorado universitario. Pero este sistema lo que realmente hace es a centrarse exclusivamente en la loca carrera por “publicar o perecer”, investigando en temas “vendibles” en esos índices JCR y que contabilicen en la acreditación. Aunque el número de publicaciones no acredita ni el acierto en la investigación, ni la correlación con una mejor docencia. La evaluación debe ser un proceso transparente, sin criterios que den lugar a la subjetividad, autoevaluable y adecuado a la realidad docente e investigadora de cada área de conocimiento. No puede ni debe fijar máximos, sino los mínimos necesarios para que se pueda acceder a un concurso en el que, como en cualquier oposición, el tribunal sí establezca cuales son aquellos candidatos o candidatas que alcanzan la máxima puntuación con sus méritos.
Por eso apoyamos la demanda de los sindicatos, asociaciones, redes e instituciones para que se derogue el RD 415/2015, se habilite el anterior sistema de acreditación (RD 1312/2007) transitoriamente y se negocie un nuevo sistema de acreditación consensuado con la comunidad académica que sea transparente, permita la autoevaluación de los candidatos y valore los méritos académicos objetivamente. Un sistema que valore los méritos académicos de unos profesionales universitarios que están realizando un trabajo encomiable en medio de unas políticas neoliberales de recortes y precarización. Un sistema que asegure la estabilidad y dignidad del profesorado y blinde la Universidad Pública contra la privatización y los recortes.
El problema de fondo es que el Ministerio no ha querido sentarse con los agentes sociales para acordar, de una vez por todas, las bases de lo que debe ser un profesor o profesora universitaria, ni establecer, si es necesario, un modelo de carrera profesional académica, a través del Estatuto del Personal Docente e Investigador de las Universidades Públicas Españolas (contemplado ya en la LOM-LOU 4/2007).
Pero también demandamos ir más allá de este sistema de acreditación, marcado por el "duopolio" de Clarivate y Elsevier, multinacionales que controlan el negocio de los artículos científicos y determinan los criterios para su valoración. Consideramos que es necesario generar un sistema público de acreditación del profesorado universitario que suponga una evaluación más justa de su producción científica y su labor docente, y que responda a un modelo de ciencia y docencia para el bien común. Por eso apostamos, en el campo de evaluación de la investigación del profesorado universitario, por el modelo de ciencia abierta u Open Science, sumándonos a la Declaración de San Francisco sobre Evaluación de la Investigación (DORA) y apoyamos la Declaración de Berlín sobre Acceso Abierto al Conocimiento en Ciencias y Humanidades, de manera que se priorice la evaluación de las publicaciones electrónicas de acceso abierto a efectos de carrera académica, a la vez que se mantienen estándares de rigor y práctica científica solvente, con mecanismos de control del contenido publicado transparente y riguroso (revisión por pares) y que no impliquen ningún cargo ni tasa para poder publicar.
Esto se puede hacer a través de repositorios de acceso abierto administrados por universidades u organizaciones de investigación que podrían apoyar la transición a un sistema de evaluación y comunicación académica más colaborativa y eficiente. Hay numerosos ejemplos como Open Scholar o las iniciativas como Redalyc, SciELO, Latindex o Dialnet que han intentado en los últimos tiempos corregir sesgos de cobertura regional, de idioma y de disciplina; fomentar el acceso abierto al contenido íntegro de las publicaciones; y manejar un conjunto extenso y transparente de criterios científicos de inclusión de publicaciones en la base de datos.
El “acceso abierto”, mandato expreso del programa de la Unión Europea Horizonte 2020, implica la disponibilidad gratuita en la Internet pública, para que cualquiera pueda leer, descargar, copiar, distribuir o imprimir los artículos, sin barreras financieras, legales o técnicas, distintas de la fundamental de tener acceso a la propia Internet. La única limitación es dar a los autores y autoras control sobre la integridad de su trabajo y el derecho a ser apropiadamente acreditados y citados.
Por eso pedimos a la ANECA, al Ministerio de Educación y a la Secretaría General de Universidades, que retiren no solo los nuevos criterios de acreditación, sino este modelo de evaluación de la carrera profesional universitaria y establezcan un proceso de diálogo y negociación con los colectivos afectados para superar el actual sistema de acreditación del profesorado universitario basado en las métricas en función del factor de impacto de las citas en JCR y similares, que miden el continente más que el contenido, con el fin no solo de ahorrar al Estado una ingente cantidad de dinero que pagamos a estas multinacionales privadas sino también para sentar las bases de cara a que la academia dé a luz un nuevo sistema de evaluación y acreditación comprensivo, razonable, global, equitativo, coherente y justo.

Por otra política educativa. Foro de Sevilla. Noviembre de 2017

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